Dos y Dos son Ocho, Ocho y Dos son Diez. Diez aspectos para conectar con la Niñez
- miguelrpo91
- 19 feb
- 11 Min. de lectura

Somos Seres Espirituales viviendo una experiencia terrenal por lo tanto el entendimiento del Ser Humano trasciende la dualidad, la razón y cualquier concepto condicionado. La Niñez es una época en donde el Ser experimenta un proceso de “adaptación” a la realidad, al cuerpo físico, a su entorno y por supuesto a su proceso evolutivo. Esta época comienza desde la concepción hasta aproximadamente los 8 años de edad. Durante este tiempo el Ser pasa por una serie de “fases” o experiencias que van moldeando su personalidad, su conexión con la realidad y la forma en la que interactúa en ella.
La Niñez viene siendo una serie de fases o vivencias que servirán como base sólida para el crecimiento y evolución del Alma a través de la experiencia en la tierra. En un intento por sintetizar esta hermosa época del Ser, se analizará La Niñez en diez aspectos, los cuales permitirán un entendimiento holístico y espiritual del impacto y significado de lo que es la Niñez en el camino evolutivo colectivo del Ser.
El orden de los aspectos que se estudiarán dentro de este texto, es un intento por simplificar el proceso de comprensión de lo que es la Niñez y su importancia en el camino espiritual de los Seres Humanos.
Aspectos clave para profundizar en el entendimiento de La Niñez
Los Ritmos Naturales y la Conexión con el Cuerpo
El Alma “aterriza” en un cuerpo físico, que disfruta de sentidos y órganos para interactuar con su entorno. Aparentemente nacemos en un olvido absoluto, permitiéndonos dejarnos llevar por todo lo que percibimos a través de nuestros órganos y sentidos físicos. Un Niño fluye con los Ritmos Naturales, sin resistencias y permitiéndole al Cuerpo desarrollarse por completo de forma natural y fluida, lo que resulta en la capacidad de hacer uso de todo órgano y sentido para percibir la realidad que le rodea. A esto se le puede llamar “percepción”, a un nivel “básico” pero altamente fluido y no condicionado.
Intuición y Conexión Espiritual
Una vez el Ser es consciente de su Cuerpo y de su capacidad para percibir todo estímulo del entorno, comienza a desarrollar la capacidad para enfocar su atención a determinados estímulos o percepciones de su entorno. Todo lo que para un Niño es nuevo se presta para ser motivo de atención, puesto que su instinto le invita a entender y comprender todo lo que percibe. Sin embargo, una vez el paisaje se nos hace ya algo conocido, vamos perdiendo esa capacidad de asombro, de prestar atención a los más mínimos detalles (pero no menos importantes). Durante la Niñez los niños tienen la bendición de dejarse guiar por su Intuición y Conexión Espiritual para enfocar su atención a casi-cualquier estímulo de su realidad, dejándose llevar por su capacidad innata para aprender de su entorno y cómo sobrevivir en él. Hace falta una analogía para abarcar todo lo que esto significa. ¿Cuántas veces un adulto enfoca su atención a las nubes, que por instantes tapan la luz de la luna? A los adultos se nos hace “normal” ver este común y natural fenómeno, sin embargo, un Niño se asombra al ver esto por primera vez y no deja de pedir una explicación del porqué de eso percibido. Los Niños le prestan atención a casi-todo, sin embargo, no dejan de actuar con Intuición y Conexión Espiritual para seguir enfocando su atención en aquellas cosas que necesitan para crecer como Seres dentro de esta experiencia terrenal. Sé como un Niño, un Ser Espiritual e Intuitivo que permite abrirse a prestarle atención hasta el más mínimo detalle; quizá allí esté la respuesta a la pregunta que no se ha podido responder.
Enraizamiento y Vivir en el Presente
Hasta ahora el Niño tiene la capacidad de Percibir estímulos del entorno de una manera Intuitiva y en conexión con su esencia Espiritual. Pero ahí no se detiene el proceso; luego de que los Niños enfocan su atención a cierto estímulo percibido, se permiten darse el tiempo necesario para Observar detenidamente aquello que cautivó su atención. Resulta que un Niño no vive con el afán que les persigue a los adultos ni tampoco con las falsas ilusiones de un futuro ilusorio, los Niños tan solo viven en el presente, sin condicionamientos profundos del pasado o limitados por su futuro incierto; ellos se conectan al presente y “con los pies en la tierra”, se permiten darse el tiempo que les corresponda para mirar con profundidad todo estímulo al cual le prestan su total atención. Las analogías se van haciendo cada vez más necesarias traerlas como ejemplos para lograr ver lo mucho que olvidamos a nuestro Niño Interior. ¿Con cuánto afán y quizá con cuánta ignorancia un adulto se permite observar detenidamente a un pájaro traer pequeñas ramas para construir el nido, su hogar? Sé que muchos pueden salirse de este ejemplo, sin embargo, un adulto promedio, no enraizado y que vive fuera del presente, tan sólo ve un nido más, quizá un cúmulo de “basura” que hasta pueda resultar antiestético para la decoración de su balcón. No es muy atrevido afirmar que la gran mayoría de Niños se permiten Observar el nido con gran asombro, sin dejarse de preguntar el cómo es posible tanta belleza en la naturaleza. El Niño Enraizado y que Vive en el Presente, invita a los adultos a volver a poner los “pies en la tierra”, a vivir tan solo en el presente y disfrutar de toda observación hacia la atención de tantos estímulos como se nos sea posible.
Inocencia, Vulnerabilidad y Apertura Emocional
Si para el adulto promedio un nido es una “basura” más que daña la estética de su decoración, para un Niño resulta ser una forma más para darse cuenta de la belleza que hay detrás de su realidad. La realidad o la verdad que cada Ser identifica en toda observación de sus percepciones es realmente subjetiva. ¿Quién le dice al adulto que el nido no es basura o quién le dice al Niño que eso mismo no es belleza? La Inocencia y la Apertura Emocional de los Niños les permite crear dentro de sí una realidad auténtica, construida con base en sus propias experiencias y conocimientos.
Este mundo está lleno de “locos”, aquellos que tan sólo ven las cosas diferente a cómo la inmensa mayoría lo hace. En el intento por sobrevivir en el entorno, los Niños buscan ser aceptados por la sociedad y si para lograrlo, el Niño necesita renunciar a su Inocencia y su Apertura Emocional, dejar de ver la realidad y la verdad como intuitivamente la percibe; no lo duda dos veces. El riesgo de ver su Vulnerabilidad como una barrera para ser aceptado por su sociedad, no lo dudará entonces al momento de reconocer la verdad del colectivo como su verdad, ignorando que lo que realmente está haciendo es negarse a escuchar su propia intuición para que, con inocencia y Apertura Emocional, este niño pueda percibir la realidad de una manera coherente y en conexión con su esencia.
Esta es una invitación a no caer en el falso pensamiento en el que ser Vulnerables es algo malo, lo contrario, serlo nos permite reconocer la naturaleza que nos pertenece; ser Intuitivos, Inocentes y con alta Apertura Emocional para construir nuestra propia realidad y con ella el camino de crecimiento espiritual que nuestra Alma planeó para cumplir su propósito.
Imaginación y Creatividad
¿Mamá, Papa, qué ha pasado? Hijo, resulta que el corazón de esa persona dejó de latir y cuando eso pasa, esa personita se queda profundamente dormida, tan dormida que nunca más despertará; se quedará soñando con pájaros y flores hasta que vuelva a encontrar otro corazón que pueda volver a latir. De Niños, la sociedad nos intenta explicar mucha de la realidad que percibimos, de una forma creativa y con una gran imaginación, puesto que así funciona la mente de los Niños, a su temprana edad quizá no logren comprender todo lo que significa y representa la muerte física de una persona (desapegos, traumas, etc.). Los Niños tienen la capacidad de analizar y evaluar la realidad que les rodea de una manera creativa e inocente, lo que les permite enfocarse en ir aprendiendo de su realidad de una manera en la que no les genere sufrimientos, traumas, o condicionamientos ajenos, lo que su vez les da la posibilidad de ir entendiendo su realidad de una manera única y coherente a su estructura mental y energética.
Como adultos vivimos evaluando todo lo que percibimos desde una perspectiva muy limitada y racional, llevándonos poco a poco a un sufrimiento sin sentido. Volvamos a ser Niños, hablémonos a nosotros mismos con esa voz interna de Niño que por naturaleza nos pertenece, y permitámonos abrirnos a nuevas formas creativas de evaluar toda experiencia o percepción que observamos en nuestro entorno, al final volveremos a sentirnos Niños de nuevo y así nuestra realidad cambiara para bien, sintiéndonos de nuevo en plenitud con nuestra vida, sin resistencia ni sufrimientos.
Portales o experiencias que permiten aprender o recibir información
¿Qué ha pasado? Niño, tus padres han muerto y nunca más los podrás volver a ver o abrazar, ni mucho menos escuchar su voz antes de dormir. Aquél Niño no tuvo la misma “suerte” de aquel otro Niño que tuvo la oportunidad de entender la muerte de una manera más “suave”. Este Niño se cruzó con la muerte de una manera “fuerte”, lo que posiblemente pueda ser vista como una Experiencia difícil de sobrepasar. Constantemente los Niños pasan por vivencias “difíciles”, las cuales pueden llegar a dejarles una serie de “Traumas” o “Heridas” en su subconsciente. Sin embargo, son todas las experiencias (“buenas” o “malas”), las que le permiten al Ser recibir información y aprender de su entorno.
En el mundo espiritual a veces se pueden entender ciertas experiencias como “Portales”. Los Portales son una especie de “canal” por el cual circula información o sabiduría. A veces, esos portales “se abren” a una temprana edad, en la cual los Niños no tiene la sabiduría y consciencia suficiente para entender y comprender el mensaje que hay dentro de ese “Portal”. A veces deben pasar muchos años, para que luego en una edad adulta, ese “Niño Interior” renazca en el adulto y juntos puedan adentrarse en el subconsciente para traer al presente aquella experiencia que produjo cierto trauma, que no es más que un “Portal” de información que se abrió para que el Ser aprenda (o recuerde) ciertos aspectos clave para su crecimiento espiritual o evolución álmica.
Somos seres espirituales viviendo una experiencia terrenal y es a través de las experiencias que aprendemos y recibimos información. Se nos invita a que constantemente abracemos a nuestro “Niño Interior” y nos abramos a “expiar” dentro de nosotros para encontrar toda limitación que nos impide nuestro crecimiento y evolución. El conocimiento es poder, y entre más nos conozcamos a nosotros mismos, más poder tenemos sobre nuestra vida. A mayor consciencia, mayor entendimiento y a mayor entendimiento más conocimiento y a mayor entendimiento mayor poder.
El Juego, el Goce y el Aprendizaje a través de la Energía y la Experiencia
¿En qué momento dejamos de aprender jugando para pasar a sentarnos frente a una pantalla a resumir un texto de cientos de hojas? Los Niños tienen una gran capacidad de sentir Goce en su proceso de aprendizaje, lo que les permite conectarse con el proceso y explotar así todas sus capacidades cognitivas. Pero tuvieron que llegar las estructuras dentro de las escuelas, aquellas en las que reinan las calificaciones, los números que “califican” a alguien como “inteligente” o “bruto”. Dejamos a un lado la pelota, para agarrar un lapicero para que a toda costa, logremos sacar aquella nota que nos avale un aprendizaje. Esta no es una invitación a abolir los métodos científicos y educativos, tan sólo es una invitación a que volvamos a ser Niños y que hagamos de nuestros procesos de aprendizaje un juego, en donde exista siempre Goce y placer, sin dejar a un lado la importancia de aprender.
Bueno, no todo son calificaciones o ensayos, el aprendizaje también se ve en la tan famosa “universidad de la vida”, aquella que sin exámenes finales, se te pone a prueba para aprender a caminar la vida con la frente en alto. En esta “universidad” tan sólo sobrevive “el más fuerte”, aquél que se adapte a su entorno con mayor facilidad y efectividad. Aprender y adaptarnos en nuestra vida y su entorno es un proceso que desde Niños se comienza a explorar, y existe muchas formas en las que se puede analizar este camino, sin embargo, desearía tan sólo mencionar un aspecto esencial en la vida de las personas y que es muy importante para poder adaptarnos a ese caminar de experiencias. Todo es Energía. Los Niños tienen la capacidad de sentir y conectar con la energía de todo lo que les rodea (experiencias, personas, etc.), lo que les da el poder de dejar guiar intuitivamente y de manera fluida la forma en la que aprenden de su entorno. Tu Niño Interior te invita a sensibilizar tu capacidad de percibir las energías y de conectarte con tu realidad, lo necesitas para vivir una vida plena y llena de goce mientras aprendes en el camino de la “universidad de la vida”.
Formación del Ego y la Personalidad condicionados por los Traumas
Hasta ahora hemos abarcado la Niñez desde varios aspectos relacionados con su forma de entender y comprender el mundo y cómo sobrevivir en él. En ese caminar, todo Niño va construyendo su Personalidad y Ego, que no es más que un conjunto de creencias, traumas, conocimientos, recuerdos, sentimientos, etc., que hacen de cada Ser, una persona única e irrepetible, sin embargo, es esa misma Personalidad la que pueda condicionar el proceso evolutivo del Ser. Durante los primeros 8 años de vida, el Ego y la Personalidad están en un proceso de construcción, en donde aún son muy moldeables y flexibles, sim embargo, con el paso de los años, esa Personalidad se va volviendo cada vez más “dura” y arraigada al Ser, lo que a veces a los adultos nos resulta un verdadero reto cuando deseamos cambiar ciertos aspectos de nuestra vida, de nuestra realidad, de nuestras Personalidad. Se nos invita respetar esa Vulnerabilidad de los Niños y siempre intentar impactar de manera responsable en el la vida de los Niños y también a recordar que dentro de nosotros tenemos a un Niño Interior dormido, queriendo ser escuchado por nosotros para ayudarse mutuamente a sanar ciertos aspectos heridos de nuestra Personalidad o Ego.
Con los años, vamos identificando las cosas que nos hacen bien o mal, y también el efecto que tenemos hacia los demás. Ser conscientes de eso, nos permite construir un nivel de conciencia en nuestra mente, lo que nos invita a actuar siempre de manera ética y moral, respetando los procesos del colectivo y por supuesto los nuestros.
La Relación con los Padres como Espejo Espiritual
En este punto de análisis de la Niñez, ya no nos enfocamos en su proceso de aprendizaje y de la construcción de su personalidad, ahora podemos analizar la forma en la que los Niños se relacionan con su entorno (personas, animales y naturaleza). Con los que primero se relaciona un Niño es con sus Padres y familiares, esa “tribu” que como Almas elegimos antes de “aterrizar” en este plano. Nuestros padres no sólo fueron quienes nos dieron la vida, también lo son nuestra primera escuela; aquella en donde aprendimos a aprender y a percibir la realidad de una manera en la que se nos permita sobrevivir. Sin embargo, la vida no sólo se trata de aspectos terrenales y “mundanos”. Como seres Espirituales en una experiencia terrenal, tenemos un propósito que va más allá de la materia, lo racional y del entendimiento humano. Vinimos a esta tierra a elevar nuestro nivel de consciencia y nuestros Padres o Familiares (entre otros muchos seres más) son un gran Espejo Espiritual que nos recuerda a qué vinimos a este tierra, a recordar cuál es nuestro propósito. Volvamos a ser niños para que retomemos todos nuestros poderes naturales y así poder vernos en todo espejo e identificar en ellos todo aspecto que aún debemos “elaborar” en esta experiencia.
El Niño Interior y su impacto en la vida adulta.
Resulta curioso ver cómo desde el principio se habló más de los Niños que de los adultos y ahora finalizando, fueron los adultos los protagonistas. Y es que resulta que “El Niño Interior” tiene un gran impacto en la vida adulta y cada vez que nos alejamos más de la Niñez y nos adentramos a la Vida Adulta, resulta más necesario “retroceder” y buscar de nuevo ese “Niño Interior” que yace oculto y dormido en cada adulto.
El cierre de este texto es sencillo. Si llegaste a este renglón, supongo logré inyectar en ti un pequeño deseo de adentrarte en lo más profundo de tu Ser, quizá intentando encontrar a ese Niño Interior dormido que habita en ti. No estás sólo, tú y tu Niño Interior siempre han estado juntos y ahora sólo depende de ti que caminen juntos este proceso evolutivo. No están solos, les rodean millones de Seres que como tú, que también desean elevar su nivel de consciencia. Únete a tu Niño Interior y a todos los Seres (terrenales y los que habitan en otros planos), para que juntos, en colectivo, logremos trascender y volver a la Unidad, a Dios.Namasté.
Kommentare